jueves, 30 de octubre de 2008

Vivir

Son las ocho de la noche, voy al closet en busca de la ropa que me pondré hoy. Tal vez los mallones negros y el blusón de flores grandes y ribetes negros, y por supuesto, zapatos altos. Llego al salón y la música ya está puesta: Otros Aires y su versión contemporánea y electrónica de los tangos de siempre. Sonrío a los asistentes, le sonrío a mi propio reflejo en los ventanales ennegrecidos por la noche...

La clase inicia y Juan y yo modelamos el abrazo de tango y aprovechamos para mostrar cómo es el abrazo durante el baile. Todas las miradas están en nosotros. Un momento después, Juan delante de los varones y yo delante de las mujeres, reproducimos los movimientos del paso básico. El resto de la clase corrijo posturas, modelo pasos, bailo con los chicos, hago el papel del hombre en varias ocasiones, camino de un lado al otro del amplio salón sobre mis tacones altos, al ritmo de la música, sintiéndome la mujer más glamorosa y feliz del planeta. Casi al final de la clase, mientras varias parejas practican el paso básico, yo les muestro a unas chicas cómo hacer los ochos apoyadas en la pared, hacia delante, hacia atrás….y la melodía termina y con ello la clase.

Al salir del salón, en compañía de Juan Manuel y Malena, miro a unos estudiantes que llegaron al curso sin pareja, presentarse y compartir impresiones con unas chicas que han hecho lo mismo... nos damos las buenas noches y nos despedimos, con entusiasmo, hasta el próximo lunes.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Mitad mentira



Vuelvo a mentir con gracia.

Estos días han sido luminosos

como si el cielo razo no existiera

y todas las moléculas del sol

vinieran a intalarse aquí en tu ausencia.

No extraño nada, una libertad fresca

me circunda energizada.

A veces, cuando pienso en ti

y fallece como piedra la esperanza

vuelvo a mentir: Me siento bien,

tan solo mis pestañas sostienen

una vaga inclinación de tristeza

y acallan el pequeño rumor de un llanto

abandonado en esa almohada.

Pasan los días y camino

casi con alegría, casi sin rabia,

lejos de ti, con mi sonrisa,

como una bandera

de mentiras necesarias.


*el primer verso es de un poema de Cortázar

martes, 28 de octubre de 2008


Hace seis meses que tomo clase de tango, pero todavía no puedo decir que lo bailo, aunque a veces sucede esa magia. Yo solía considerarme buena bailarina, y pensé que al tango era cuestión de unas semanas para agarrarle el modo. Bastó un solo día de clases para enamorarme de él, y sin embargo, resultó más complicado de lo que suponía.

Sin embargo, siempre lo disfruto, pero sobre todo ahora que siento que el abrazo es más estrecho y al mismo tiempo más libre, que los pasos fluyen no sólo con limpieza, sino también con sensualidad, y es una sensualidad que nace del gusto de interpretar, con ciertos giros, boleos, ochos, ganchos y caminadas, una melodía dramática, profunda y llena de vida. Con el paso de los meses descubro agradables sorpresas que el tango ha traído a mi vida. No sólo una amistad más respetuosa, compresiva y disfrutable con Juan Manuel, quien es mi maestro y pareja de baile.

Esta singular danza me ha regalado también una conciencia corporal que se ha traducido en una mejor postura, proporciones más armoniosas y una actitud distinta incluso al caminar. Para sorpresa mía me veo y me siento mejor, espero mis clases de tango con entusiasmo, y si antes usaba la ropa más cómoda y deportiva para asistir a clases, ahora pongo especial cuidado en mi atuendo:coqueto, práctico, inspirador.
Creo que el tango me ha ayudado a asumir de una forma más completa mi identidad de mujer, de mujer sensual, creativa, entera. Espero que también me enseñe a abrazar mejor, a ser abrazada, y en ese abrazo preciso bailar el mejor tango de todos: la vida.

Anoche soñé


Estoy frente a la hoja en blanco, un lugar común, pero cierto, salta de mi mente a mis manos: el clima ennortecido, la taza de café a un lado, el libro al otro, las galletas…ya me las comí. Y me acuerdo del sueño de anoche: Estaba en Cuba y tenía que usar un minivestido para una presentación artística.-- ¡Oigan! –Protesté-- Saben que tengo cicatrices en la pierna derecha y se me van a notar. –¡Claro que no!-- Me dijo alguien—si sonríes ni quien se fije en tus cicatrices. ¿No es un sueño hermoso?

lunes, 27 de octubre de 2008

:Apuntes entre dos puntos:

  • Mundo: hoy no sé dónde estás tú y dónde estoy yo: vértigo.
  • Álvaro Burgos: yo quiero sentirme como tú cuando cumpla 26.
  • Carmen María: estás a punto de cumplir 31 años, pero lo bueno es que te sientes de 31.
  • Alguien duerme conmigo todas las noches: Belílula.
  • Tango: muy propio de mí llevar más de seis meses bailándolo sin pareja.
  • Ejercicio: olvídalo, no quiero perder mis reservas de grasa.
  • Bienestar: tercamente sigue de pie a mi lado, las sorpresas no lo abaten.
  • Escribir: hazte a un lado, que ya me toca leer.

domingo, 26 de octubre de 2008

Domigo para mis sentidos

Hace mucho que no hago una lista, y ahí va esta: lo que hoy me ha hecho sentirme muy viva y feliz:

  • Un delicioso “Smoogus” de fresa, coco y plátano.
  • El clima: otoño fresco y reposado, todavía algo húmedo y siempre luminoso.
  • Los sonidos del domingo: campanadas en la mañana, niños ahora en la tarde.
  • La adquisición de dos libros nuevos, uno sobre tango y otro sobre escribir poesía.
  • ¡Mi blog! Nuevo nombre, nuevo diseño, y lo mejor: nuevos visitantes.
  • Mi hermano Nacho y familia quienes vinieron hoy a Mérida.
  • Mi vestido de flores de siempre, que no sé porqué hoy me sienta mejor.
  • Nuevo trabajo en puerta, (un curso) y con ello la oportunidad de empezar diciembre libre de toda deuda y aprieto económico.
  • Mi casa, mi cuarto, darme cuenta de que estoy rodeada de cosas bonitas y sencillas: mis fotos, cuadros, libros, flores, cajas..
  • El entusiasmo por los proyectos que inician: los cursos de tango, las clases de canto,
  • Y un encuentro feliz para cada día de la semana que entra.

viernes, 24 de octubre de 2008

Literatura al margen


Dicen por ahí que algunos grandes escritores, como Petrarca, pensaron que iban a trascender con sus escritos cultos y muy trabajados, y en realidad pasaron a la posteridad por lo que escribieron al margen, en el dialecto de su localidad y de manera informal. ¿Por qué? Pues porque así comunicaron más, fueron más auténticos, y por lo tanto, eso único que ellos eran logró traducirse en las palabras que llegaron al corazón de la gente.


Y es que de eso se trata, de comunicar, de hacer universal la experiencia particular, de arriesgarse con las palabras, con las formas, a través de la gramática, por encima de ella, escribiendo algún género particular o inventando uno; publicando libros o… usando los blogs. Sí, los “blogs” son ahora ese lugar indeterminado, (literariamente hablando) una especie de tierra de proscritos, a quienes los escritores de libros desprecian y al mismo tiempo temen. (Claro, los hay habitantes de ambos mundos).


Ahora que escribo esto caigo en cuenta de que yo siempre me he sentido cómodamente al “margen” del mundo literario institucionalizado. No me interesa pertenecer a ninguna de las dos agrupaciones oficiales de escritores de mi estado, con todo y que he sido alumna o maestra de quienes presiden esas reuniones. Tampoco me cuadro a las tendencias temáticas o de forma de lo que se escribe ahora, aunque intento aprender de todo. Lo que más me satisface de mis elecciones, es la especie de independencia de lo que yo soy, a las trampas que el ego suele ponerles a quienes quieren escribir. He llevado un camino lento, ahora tal vez más decidido, y tengo muy en claro lo que pretendo y construyo:


Escribir, y que ello tenga que ver con la comunidad, con lo comunitario, con lo integral. Comunicar, y animar a comunicar y describir ese mundo que siempre puede ser mejor en común si ponemos amor y creatividad en él. Escribir al margen, al centro, en todos lados, leernos mutuamente, dedicarnos poemas, leer a dúo, y derribar con nuestras voces las fronteras.

jueves, 23 de octubre de 2008

Alabanza sensual doméstica, incluyente, a tí, a mí , a todas



Mujer, es que en las mañanas de todos los días
las sábanas celosas se pegan a tu cuerpo

para no dejarte ir entre las prisas.
Y sujetan tus caderas que irán a acariciar telas distintas

y lamenta tu cuarto, tu viaje de leyenda a la cocina.

Y allá, mujer, entre los trastos

y los alimentos nobles que son ya tú, ya tu familia,

un canto de alabanza te circunda
y nutre tu carne palpitante,
y pinta
un nuevo sol tu nueva risa.
Y el agua que espera la mañana

para tocarte nuevamente,
es la llovizna
de las bendiciones sensuales
que la vida
te ofrenda porque te ama,
así de humana,
de doméstica y distinta.

Y ya sea que coronada y con un portafolio te despidas.

O te quedes en la casa, con la ropa cómoda

y los quehaceres a la vista,

Es que mujer, no sólo en la mañana

recuérdalo en dos horas, piensa en ello
al mediodía:
Alguien te quiere más que tú, pero mejor sería
que quien más te quisiera seas tu misma.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Acción de gracias


Hoy me siento agradecida por mirar de nuevo

Las flores de embeleso (así se llaman) azules y a mi puerta.

Las llaves doradas con las que presiento mi casa

Y la frescura nueva de un otoño que se acerca.

Me siento agradecida por mirar mi cuerpo joven

Nunca igual, aún más mío, tan cómodo de suave

de fuerte, de creativo.

Y mi rostro de miradas como palomas adultas

y mi sonrisa como abrazo radiante y sensitivo.

Agradezco la noche de ayer que fue piadosa

y me envolvió en su colcha de bienestar y alivio.

Y el desayuno cordial, mis clases milagrosas

y la charla efervescente con Juan Manuel que es mi amigo.

Hoy agradezco la ropa que me sienta, suavecita,

los zapatos coquetos que mi madre un día me dio.

Esta mañana que es larga, luminosa y muy bonita

y la conciencia del momento, que es regalo y bendición.

martes, 21 de octubre de 2008

Recuerden


”Ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú”
Alejandra pizarnik


Que no digan que Carmen María se equivocó de nuevo, que se tropezó entre la ansiedad y el miedo, entre se precipitó en una ilusión inútil. Que no digan que otra vez concibió falsas esperanzas, que volvió a apostarle a la sinceridad, que volvió a equivocarse de talla de zapatos, que alguien no pudo dejar pasar sus miserias para quedarse con su corazón.

Que no digan que Carmen María se siente sola, que se equivocó de mes, de año, de palabras, que un día midió mal sus fuerzas y volvió a caer. Que nadie vaya diciendo por ahí que tiene (nuevamente) mal de amores, que pasó por alto otro “Te lo advierto” que fue ilusa y evasiva una vez más.

Que recuerden mejor lo radiante de su rostro, el entusiasmo que nació de nuevo, la inspiración que le hizo volver a bailar y volver a escribir. Que digan mejor que algo de su amor sostuvo el milagro de otro sueño, que fue una canción creativa una vez más, que alguien por ahí lleva dentro una bendición que desconoce, pero que un día le hará brillar.

Mejor recuerden que Carmen María es alguien única, de una singularidad tal que casi no combina, pero que también es corazón y también es cuerpo. Que lleva dentro de sí la luz de algo muy grande, un sueño latente que un día despegará.

lunes, 20 de octubre de 2008

Todo el día de nuevo ayer


Apenas dormí anoche pero desperté con total lucidez. Antes de salir a la escuela donde trabajo revisé los correos que me envían mis alumnos del taller literario. Solamente de leerlos siento cómo crece mi entusiasmo. Cuando estoy escribiendo o cuando comparto lo que en grupo creamos, siento cómo la vida fluye y ese fluir me recorre con energía, con alegría y con esperanza.


Claro, eso no quita que tenga el corazón roto. Sin embargo es un dolor solo. Sin resentimiento, sin reproches, sin cargos de conciencia. Tal vez, incluso, con un poco de alivio. De pronto estoy doliéndome de lo irremediable que es sentir esta pena, y de pronto estoy entusiasmada planeando mi próximo viaje a Argentina para bailar tango. Hoy me puse una blusa color rojo sangre. Desayuné de lo más saludable, tengo que terminar de editar la revista literaria que está quedando de lo mejor. Y de sólo pensar en todas las personas y cosas bellas que hay en mi vida, me siento motivada y feliz.


He tenido todo el día la sensación de estar soñando, y es un sueño donde el corazón me pesa de tanta tristeza y me arde el desengaño. Miro mi pasada alegría y no puedo creer que se haya ido, pero se fue, y yo la vi irse mientras comía una galleta tras otra y trataba de enlazar, con mis ya inútiles palabras y cariños, ese pasado reluciente de promesas y de bienestar. ¿Pueden convivir la pena y el sentimiento de plenitud? Ahora mismo está sucediendo. Siento como si una extraña bendición se cerniera sobre mí, para otorgarme todos los dones que estoy necesitando y para anunciarme la llegada de una alegría más fluida y posible, un amor real que no sólo coincida con lo que soy ahora, sino con lo que deseo para mí.

domingo, 12 de octubre de 2008

Primera lección para ser brujita: aprender a hacer pan.


¡Qué rico huele después de que ha llovido! Me recuerda las tardes en el rancho, cuando mis hermanas y yo nos dedicábamos a preparar el pan para la cena. Mi madre, que es sabia, además de discreta y eficiente, nos ponía a trabajar en equipo mientras ella nos supervisaba desde lejos. Hacíamos pan salado, deliciosas galletas (mi especialidad) pan dulce para hacer “chuc”, pays con los mangos y mameyes que cosechábamos, pasteles para las festividades, y deliciosos panes de plátano, manzana o elote según fuera la temporada.


Me da ternura recordar a las tres hermanitas pasando horas y horas entre harina, latas para hornear y rodillos para estirar la masa. Lo que ahora hacemos en pocos minutos en ese entonces nos llevaba horas. (Algo muy ventajoso para la mamá, que de esa manera nos tenía entretenidas). Recuerdo que más de una vez lloré de cansancio y frustración cuando después de tanto esfuerzo, y al sacar el pan del horno notaba que se me había olvidado ponerle el polvo de hornear, o aquella vez que se me cayó la masa del volteado de piña que estaba preparando.


Aprender a hacer pan me ha enseñado muchas cosas. Una de ellas, que soy perfectamente capaz de escribir un libro, pues durante varios días de lluvia a causa de una depresión tropical, me dediqué a poner por escrito todas las recetas de la familia, a mano, dibujos incluidos. Otro aprendizaje es, que lo que cuesta mucho trabajo al principio se convierte en algo sencillo más adelante. Además, aprendí que lo que está escrito en forma de instrucciones puede convertirse en una riquísima realidad. Eso es lo que yo llamo autorrealización y que actualmente en docencia se llama “adquisición de competencias”. No menos valioso es aprender que cuando hay algún niño en la casa, la forma más entretenida y útil de hacerlo feliz es ponerse a preparar con él unas galletitas (luego me preguntan por qué tengo tanto éxito con los niños, he aquí uno de los secretos). Y bueno, después de esas exhaustivas sesiones de panadería, ahora nada que represente meterme a la cocina me significa agobio alguno. Claro, si me dan a elegir entre cocinar o leer, o hacer galletas y escribir, pues…las letras le sacan mucha ventaja a las harinas, a menos que se trate de combinar ambas cosas, como lo testifican mis libros más amados con algunas manchas de mantequilla por aquí o por allá. (Consecuencias de cocinar y leer al mismo tiempo). En fin, ahora que he saciado mi necesidad de escribir, voy por unas galletitas.

sábado, 11 de octubre de 2008

¡Quien no vuela es porque no quiere!



Este viernes los alumnos de análisis literario del Piaget tuvieron que ver la película Troya para compararla con la Ilíada. Y ahí ven a todas las alumnas suspirando por el personaje de Aquiles, (independiente, arrebatado y a la búsqueda de fama) cuando el que a mí siempre me ha gustado es el de Héctor. (Sabio, noble y buen esposo y padre). Pasa lo mismo con la serie favorita de las niñas de mi edad: Candy. ¿Quién era el galán favorito? ¡Pues Terry! El artista irascible, apasionado, conflictivo. Pero ahí también era yo la excepción, a mí me gustaba Albert, el buen amigo, sensato, modesto y desapercibido aristócrata que amaba las causas nobles.

¿Entonces hay un “buen chico” en mi vida ahora? No, todavía no…pero cuando menos, no hay un “chico malo”. Digamos que si hasta ahora no he elegido una pareja que me venga bien, en cambio he construido una vida que me viene como anillo al dedo: Pasos firmes y bien decididos, amigos que valen oro, un trabajo que me ha dado mucho más que sólo satisfacciones. Como la más rica y saludable comida vegetariana, bailo tango, practico yoga, convivo armónicamente con mi familia y además, construyo el sueño que quiero para mí, un sueño donde la literatura y el arte forman parte de mi quehacer diario, de mis relaciones con el mundo, con el presente y el futuro.

Claro, para llegar hasta este punto feliz y de “paso al frente” en mi vida, he tenido que torear, huir, deshacerme de situaciones que, como Aquiles y Terry, son a la vez que atractivas, poco convenientes. Y con alegría (ahora) puedo decir, que incluso he conocido un que otro “Terry” que me ha dejado regalos valiosos, y no me refiero a los libros bellísimos, chales de oriente y cartas con mejor estilo que las mías, que atesoro por ahí, sino a las inspiraciones, impulsos y aprendizajes que me han dejado esas presencias y esos adioses. ..Uno de los sueños más impresionante que he tenido, es el de volar a gran altura, sola y feliz. Y no es que decida estar sola, lo que decido es volar. Por supuesto, con mis ojitos bien abiertos por si veo por ahí algún chico bueno que tenga alas.

viernes, 10 de octubre de 2008

Del sueño a la realidad soñada

"Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo,
es allí donde debería estar.
Ahora debes de construir los cimientos debajo"
(George Bernard Shaw)

El cerebro, el mío…desde hace un tiempo me vengo interesando en cómo funciona mi cerebro, por qué sueño tanto, cómo es que la poesía es tan accesible para mí, por qué me despierto a la misma hora cada mañana y si me lo propongo, me despierto exactamente 15 minutos después. Quiero entender mi ineptitud para las numeraciones y mi fascinación por la lógica, mi capacidad para administrar por un lado y para apreciar la pintura abstracta por otro.

Ayer que hablaba con mi amigo y maestro Octavio, (psicólogo y terapeuta floral) se nos ocurrió que sería excelente escribir un cuento para cada estado emocional asociado con una flor. Podríamos dar talleres de escritura terapéutica (es uno de mis más acariciados proyectos) e incluso, editar un libro al respecto. Estoy entusiasmada. Octavio me puso como tarea estudiar las formas de procesamiento de información de ambos hemisferios cerebrales, y en eso estoy. Descubro que por fortuna, superé hace mucho la supremacía del derecho (Lo fantástico, lúdico, sentimental e intuitivo) para equilibrarlo con el izquierdo (lógico, verbal, abstracto, intelectual). De nos ser así todo lo que vivo de manera tan intensa desde el mundo de lo imaginativo, las relaciones y los sentimientos, nunca podría ser traducido a estrategias, textos, eventos y explicaciones.

Tal vez esto se deba a que crecí con dos personas, mis padres, creativas y prácticas al mismo tiempo, pero claro, nunca imaginativos y soñadores como yo. Recuerdo cuando mi madre, al observar cómo no podía despegarme de los libros que me llevaban a lugares mágicos tan seductores para mí, me decía: “Hija, ya deja de leer y ponte a hacer algo de provecho”. Actualmente intenta convencerme de que soy más maestra que escritora. Por fortuna, en mi vida he echado por tierra todas y cada una de las profecías limitantes que se me han indicado. ¿Y quién no ha escuchado una y otra vez las desalentadoras profecías respecto al arte y la vida de los artistas?

Ahora, poco a poco, voy conquistando el terreno de la escritura. Y saben qué, me alegra, motiva y alienta, darme cuenta que no estoy sola. Ahí están esas personas valientes, viajeros osados que transitan, casi a tientas, el arduo camino que va desde el sueño hasta la realidad soñada. (Del hemisferio derecho solo al completo en compañía del izquierdo) Ana Paola en Monterrey estudiando letras, Álvaro Burgos quien asume por fin, pese a todos sus miedos, su identidad de literato, Joaquín Peón conquistando espacios para todas sus letras, Alejandro Pinzón, quien sostiene, con callada constancia, cada uno de los pasos de su sueño grande. Y aquí estoy yo, estudiando, escribiendo, planeando y compartiendo. Cuando mi castillo en el aire se convierta por fin en el cálido palacio que sueño para mí, ustedes serán mis primeros invitados. Miren, pásenle, esto de aquí es el vestíbulo…

Palomas como las mañanas


Pongo las palomas que tú quieras
en el regazo de tu océano,
con las corrientes tintas de tus ganas.

Las palomas:
las hermanas multiplicadas
que sienten como yo de cantos,
de nidos, de campanarios.

En tu océano,
mi totalidad infantil que no te alcanza,
con las millas de llegar y nunca llego.
Pero aquí estoy,
capturando mis deseos con mi entrega
de palomas como las mañanas,
blancas unas,
grises y azuladas las más:
ojos de mar que aletean hacia mí,
que me responden sin números
y sin cálculos,
en donde deposito
lo que tú y yo coincidimos.