viernes, 17 de abril de 2009

Mi miedo en el espejo

“Una mujer alterada es una persona que está cambiando…
Y creo que fue Borges quien dijo, que los únicos que nunca cambian,
son los tontos y los muertos”
Maitena

En los últimos días he estado de un humor extraño. Todo mundo sabe lo sociable que soy y cuánto amo estar con mi familia y amistades, pero…ahora no: quiero estar sola. Sí pues, tengo que trabajar en equipo y celebrar con mis hermanas, pero un ratito nomás, por favor, que ando que rasco por regresar a mi oficina, o recámara, o cualquier espacio que me represente aislamiento. Estoy, por decirlo de alguna manera, un poquito intolerante por este proceso de digestión.

Sin embargo ayer no pude refugiarme en mi “cueva” y tuve que soportar mirar cara a cara mi miedo al compromiso. Ya me venían cayendo los veintes (justo ahora en los treintas) de que eso de encontrarme con chicos con el común denominador del miedo al compromiso, podría tratarse de un reflejo mío. Pero ayer fue más que contundente. Mi amiga Isela, a quien yo misma invité a sumarse a mi proyecto de empresa, me confrontó: “Carmen María, quieres que trabaje contigo colaborando en qué porcentaje, porque si quieres que me integre al 50% eso implica que yo ponga esto y esto y esto, y estoy dispuesta”.

Todavía recuerdo cuando otra querida amiga se vino a vivir un tiempo a mi casa, por un problema que tuvo con su marido. De mil amores le abrí las puertas, pero no saben cuánto miedo me generó la situación de compartir bajo el mismo techo y repartirnos las tareas y responsabilidades. Todo salió muy bien, por fortuna, pero yo respiré muy aliviada cuando se fue. Ahora con Isela me pasó algo parecido, cuando le tuve que plantear bien el proyecto y cuáles serían mis condiciones y a qué me quiero comprometer con ella, estuve a punto de salir corriendo, se me aceleró el corazón, me dio pánico en grado sumo y me tembló la voz.

Eso me recordó a mi cuñado, quien estuvo detrás de mi hermana un año, y cuando ella por fin le dijo que sí, que sí podrían ser novios, él tuvo que hacer acopio de todo su valor para quedarse en la relación. (Ahora tienen cinco años de feliz matrimonio). _Quería salir corriendo, Carmen_me contaba, y así me sentí yo ayer cuando las cosas con Isela tuvieron que pasar del dicho al hecho.

Ahora descubro que el aprendizaje de las relaciones de dos, tal y como yo las observé desde niña, es que siempre uno de la pareja lleva las de perder, y para que uno Sea, el otro tiene que NO Ser…Ahora ya sé que no es así, pero cómo se lo explico a la pequeña Carmenchu, quien vaya que hace berrinche cuando las cosas dejan de ser platónicas y amenazan con convertirse en formales.

Ahora con mi socia la realidad pinta muy positiva. Se trata de una mujer responsable, equitativa, cuidadosa y dispuesta a aprender, a compartir. (Qué más quiero). Y sí, queridos amigos, ya no puedo afirmar que hay demasiados hombres “sacones”, yo misma me reconozco cobarde e incluso astuta para evadir relaciones de a dos. Supongo que ahora que lo veo me será más viable superarlo, y hasta encontrar a alguien que haga “pareja” conmigo con estos cambios...

En resumidas cuentas, estoy en transformación…y estoy insoportable.

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