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Mujer, es que en las mañanas de todos los días
las sábanas celosas se pegan a tu cuerpopara no dejarte ir entre las prisas.
Y sujetan tus caderas que irán a acariciar telas distintasy lamenta tu cuarto, tu viaje de leyenda a la cocina.
Y allá, mujer, entre los trastos
y los alimentos nobles que son ya tú, ya tu familia,un canto de alabanza te circunda
y nutre tu carne palpitante,
y pinta un nuevo sol tu nueva risa.
Y el agua que espera la mañana
para tocarte nuevamente,
es la llovizna de las bendiciones sensuales
que la vida te ofrenda porque te ama,
así de humana, de doméstica y distinta.
Y ya sea que coronada y con un portafolio te despidas.
O te quedes en la casa, con la ropa cómoda
y los quehaceres a la vista,
Es que mujer, no sólo en la mañana
recuérdalo en dos horas, piensa en ello al mediodía:Alguien te quiere más que tú, pero mejor sería
que quien más te quisiera seas tu misma.
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