jueves, 18 de diciembre de 2008

Donde todo empieza


Hace rato acostada en mi cama escuchaba a mi gata ronronear y leía una novela. Las últimas palabras del capítulo: “el lugar en donde todo empieza”, me conmovieron, porque el relato está lleno de dolor y de esperanza, lo mismo que la vida. Y pensé que el dolor y la esperanza son también un lugar de comienzo. Me incorporé, (mi gata también) y sonreí entre lágrimas porque ya estoy de vacaciones, porque dejo atrás tanto dolor y tanto aprendizaje, y estoy en duelo y me siento liberada. Porque dejar atrás situaciones, dinámicas, lugares, siempre significa hacer espacio para que la vida se llene de otras experiencias. Y yo sé (ahí está la esperanza) de que van a ser luminosas y enriquecedoras.

Luego fui a ver a mi hermana Cecilia quien acaba de dar a luz a su segunda niña. La primera, Maricarmen, con sus dos añitos es toda una cariñosa hermana mayor que sin embargo, está un poco necesitada de apapachos especiales. Pero para eso estoy yo, que la adoro, y juntas nos fuimos a caminar por el andador que atraviesa las calles de su colonia, y recogimos flores de todos colores, para admirarlas después en el interior de su sombrero. Y es que aquí en Yucatán, en pleno invierno los árboles y arbustos florecen y puedes ver las calles llenas de color a causa de las bugambilias, los ciricotes con sus flores anaranjadas y las enredaderas cuajadas de hilos rosa brillante. Y ya sé que este párrafo no se sigue del anterior pero tenía ganas de contarles lo de las flores.

Después regresé a casita para continuar leyendo y disfrutando de la soledad que se me antoja más que nunca. Y en esas estaba, acostada en mi camita, rodeada de mis libros favoritos. (mágicos, acogedores) cuando me rescató una amiga de mis sopor vacacional y fue entonces cuando me alegré una vez más de lo encantadoras que son mis amigas y del regalo que son las relaciones humanas.

Ahora mi plan es descansar, recuperarme y consentirme de este cierre de año tan intenso y telenovelesco, para iniciar el 2009 con mi nueva rutina de escritora (siento vértigo) de la que planeo compartirles aquí mis chocoaventuras.

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