miércoles, 3 de diciembre de 2008

Escribo hacia adelante, como vivo.

“Aquello que los demás llaman desvío, es el camino que uno ha encontrado”. Koremblit


Eran las once de la mañana y terminé de dar mis clases, así que me dirigí a la oficina de la directora de la preparatoria donde trabajo y le pregunté si tenía tiempo para que habláramos unos minutos. Accedió. Así que me senté frente a ella y le solté: Quiero dejar la materia de la que soy titular. ¿Por qué? Porque quiero dedicarle tiempo y esfuerzo a mi formación como escritora.


Me duele el estómago. Estoy contenta. Hoy cobré mi aguinaldo y al mirar mi cheque supe que en muchos años no recibiré una suma parecida. Sólo daré las clases del taller de creación literaria: cuatro horas a la semana. A veces pienso que pagaría por estar en ese taller, lo vale cada minuto. Hoy estábamos sentados, como es nuestra costumbre, con las sillas formando un círculo. De pronto a un alumno le pareció ver que había una motita de luz sosteniéndose en el aire en medio de nosotros. ¡Ahí está! ¡Miren! De pronto todos habíamos despegado nuestros ojos del papel y señalábamos llenos maravilla y sorpresa la pequeña manchita que…no, no era una motita de luz, era una minúscula araña. Fue un momento mágico.


Justo ahora no sé cómo explicarme. Cómo compartir la alegría existencial que siento por mí misma. Quise compartirla con mi amigo el poeta. Nada. Temo llegar con mi enorme sonrisa y anunciar: “He dejado mi maravilloso trabajo porque estoy apostando por mi trascendencia en la escritura”. y mirar la incredulidad en los rostros de mis amigos. Pero, (me pongo en el lugar de la gente práctica) ¿quién puede garantizarme que esto sucederá, que podré salir adelante en mi apuesta por la literatura, que soy capaz de lograrlo? De igual manera, ¿quién puede decirme que no es posible? Parece que no me queda de otra que creer en mí, descaradamente, con alegría, sin pretensiones, sin antecedentes, pero eso sí, con mucho trabajo. Hace unos días un talentoso y muy joven alumno me decía: __¡Carmen María, quiero ser famoso!__ Que eso no te preocupe ni te desvele,__ le contesté,__ mírame a mí: jamás he deseado ser famosa, y sin embargo, lo seré.

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