miércoles, 29 de abril de 2009

Cortar


Llegó el punto en que me aprieta el corazón

de tanto comer ansias y desvelos.

Atragantada de tanta información

que genera tu silencio.

Mejor hablemos.

Digamos: por favor, gracias, hasta luego.

Digamos: buenos días

buenas noches no, (sin ti no puedo…)

abstengámonos de decir adiós,

pero digamos aunque sea lo menos,

para sujetar con ese hilo de voz

la ilusión

de que nos pertenecemos.

sábado, 25 de abril de 2009

Así "han" hablamos en Yucatám


Hay verbos que son de uso exclusivo de los hablantes yucatecos, o con significación especial en esta tierra. Checa los siguientes:


Escorar. Acomodar las cosas de tal manera que queden ordenadas.

Anolar. (nóol) Disolver algo sólido en la boca.

Negocear. Acción, pasión, reacción o potencia de hacer “algo”.

Apescar. Pedzkàt (presionar algo) Apretar un botón con un dedo. “apéscale ahí”.

Buscar. Localizar algo y hallarlo, indistintamente: estoy buscando trabajo…¡ya lo busqué!

Samarrear. Mover algo violentamente, por ejemplo, un bebé…

Majar. Aplastar algo, un dedo, un perrito, un transeúnte,

Emposmar. Inflamación de la panza por mala digestión.

Levantar.(li’is levantar y guardar) Guardar un objeto en la parte alta del ropero, la cocina o la cómoda. ¿Dónde dejaste mi cartera? La levanté ayer porque estaba mal puesta.

Gustar. (Cha’an mirar, gustar, observar)Mirar, generalmente la televisión.

Acechar. (ch’ene’et) En Yucatán se usa como asomarse a algún sitio. “Voy a acechar qué hace mi hijo”. En lugar de esconderse para atacar, como se usa en otros lados.

Pringar. Salpicar. Cuida que no te pringue, que estoy haciendo limonada.. las personas muy pesadas pringan, de tan sangronas.

Achocar. (Chok’)Amontonar, apretar, juntarse. “Pónganse en fila, pero no se achoquen”.

Tajar. Sacarle punta a un lápiz con el “tajador”.

Surtir. Cuando se lo surtieron, quiere decir que le dieron duro y tupido a nalgadas.

Trepar. Subirse a un árbol, al autobús, a la mesa, etc.

Flitear. Fumigar a los moscos con insecticida.

Gastar.(Gastar el zapato, dinero, comida…) Xuup Acabar. Se gasta el dinero, se gasta la comida, se gasta el trabajo, se gasta, incluso, la telenovela cuando se acaba.

Chalear. (Chaal) enjuagar algo. Medio lavar: los trastes, la ropa, o a uno mismo.

Alisar. (Taadz) dejar liso algo. Pasarle la plancha a una prenda.

jueves, 23 de abril de 2009

Con la puerta abierta


Después de tantos cambios de domicilio ahora sé que mi casa es el lugar en donde me siento segura. ¿Un patio oscuro y húmedo, amplio y con olor a hierba? ¿Una habitación luminosa en donde se escuchen risas? ¿Una hoja en blanco y una caja de colores de esas que tienen una Blanca Nieves estampada de un lado y una bruja amarilla del otro? ¿Una capilla que huela escandalosamente a nardos? ¿Mi casa es una tela de algodón con la que se puede vestir muñecas, hacer cortinas nuevas o sacar cuatro trapos de cocina? ¿es una caja de galletas?


Mi casa es un lugar para dejarte entrar, y para dejarte ir. Un lugar para no cambiar por otro y para cambiarlo de lugar como si tuviera ruedas. Un espacio para guardarme mi bondad en un cajón cerrado a los reclamos. Una propiedad privada, como puedes ver, y con la puerta abierta.

miércoles, 22 de abril de 2009

Ejercicio de minificciones

Algunas minificciones creadas hoy `por mis alumnos del taller de Creación Literaria y Periodismo.


La relación entre el lápiz y la pluma fue de mal en peor: a ella le gustaban cada vez menos los chaparros. Ana Armesto

El sueño me cargó en los brazos de su hamaca.Fernando Gamboa

El traficante de órganos seduce a las víctimas y les roba el corazón.
Fernando Gamboa

La luna todavía no entiende por qué tiene cuatro personalidades.
José Medina.

Otramaria se paró frente al espejo y le dijo: ¡Ah no! Ahora te chingas! Una más no. David Loría


La joven murió asfixiada. Metieron el chiste a la cárcel.
José Luis Álvarez

lunes, 20 de abril de 2009

Sobre ruedas

El trayecto en autobús de La Riviera Maya a Mérida, son cinco horas de viaje en una congeladora con llantas. Estoy vestida con un pants, calcetines, chamara con capucha, otra chamarra sobre mis piernas y un chal. Están pasando la segunda parte de la película de Bambi y de vez en cuando la veo, como en este momento en que al príncipe del bosque redescubre la alegría junto a su pequeño huérfano, justo al nacer la primavera. Me sueno la nariz porque estuve a punto de llorar y continúo. Primera vez que escribo desde un autobús, planeaba capturar conceptos importantes para mi curso de mañana temprano, pero hay tanta emoción dentro de mí, que no puedo dejar de volar y en estos casos, la única forma efectiva de aterrizar que conozco, es escribiendo.


¿Qué me emociona? Haber pasado dos días hermosos con mi familia. Ahora que mis hermanas se casaron y tienen hijos me siento todavía más cerca de mis padres. Ellos y yo somos una familia, pero también soy una adulta y es interesante cómo interactuamos ahora, cómo hay ternura y fronteras, respeto e intimidad. Me gusta mirarlos, en el viaje en la camioneta, mientras ellos pensaban que yo leía, los observaba platicar con rostros sonrientes y buen humor, tomados de la mano, como suelen viajar desde hace más de 33 años.


También compartí estos días con la familia de mi hermana Cecilia. Ellos me han adoptado también. Mi cuñado es mi gran amigo desde antes de que ellos fueran novios y su pequeña Maricarmen es la bebé de quien más he estado cerca. Ella misma, cuando cuenta a los miembros de su familia y enumera a sus papás y a su hermanita, se pregunta al final…¿y tía?


Estos días pude dormir profundamente, comer rico, leer “La suma de los días” de Isabel Allende, conmoviéndome cada dos páginas, reírme con mi familia y decirle muchas palabras de amor a la pequeña Bebelú… (Los bebés, igual que las plantas y las personas, crecemos cuando nos dicen palabras de amor. No sé porque alguien nos hizo creer que la manera de madurar es con regaños) Admiro a mi hermana, creo que no encuentro una palabra mejor para describirla que “chingona” tal joven y con una familia tan hermosa. Tía incluída.


Pero bueno, creo que lo que más disfruté es este mirarme a mí sintiendo esta magia tan fuerte que me toca cada día. Las personas extraordinarias con las que me encuentro, las oportunidades que se presentan, las ideas que surgen. Este entusiasmo que no se termina. Nunca mi vida había tenido un sentido tan claro. Todavía a principios de año no tenía yo la menor idea de lo que quería hacer con ella y ahora…como si me hubiera nacido un niño largamente esperado, todos mis días están dedicados a criarlo, admirarlo y verlo crecer, soñando un futuro extraordinario para él.


viernes, 17 de abril de 2009

Mi miedo en el espejo

“Una mujer alterada es una persona que está cambiando…
Y creo que fue Borges quien dijo, que los únicos que nunca cambian,
son los tontos y los muertos”
Maitena

En los últimos días he estado de un humor extraño. Todo mundo sabe lo sociable que soy y cuánto amo estar con mi familia y amistades, pero…ahora no: quiero estar sola. Sí pues, tengo que trabajar en equipo y celebrar con mis hermanas, pero un ratito nomás, por favor, que ando que rasco por regresar a mi oficina, o recámara, o cualquier espacio que me represente aislamiento. Estoy, por decirlo de alguna manera, un poquito intolerante por este proceso de digestión.

Sin embargo ayer no pude refugiarme en mi “cueva” y tuve que soportar mirar cara a cara mi miedo al compromiso. Ya me venían cayendo los veintes (justo ahora en los treintas) de que eso de encontrarme con chicos con el común denominador del miedo al compromiso, podría tratarse de un reflejo mío. Pero ayer fue más que contundente. Mi amiga Isela, a quien yo misma invité a sumarse a mi proyecto de empresa, me confrontó: “Carmen María, quieres que trabaje contigo colaborando en qué porcentaje, porque si quieres que me integre al 50% eso implica que yo ponga esto y esto y esto, y estoy dispuesta”.

Todavía recuerdo cuando otra querida amiga se vino a vivir un tiempo a mi casa, por un problema que tuvo con su marido. De mil amores le abrí las puertas, pero no saben cuánto miedo me generó la situación de compartir bajo el mismo techo y repartirnos las tareas y responsabilidades. Todo salió muy bien, por fortuna, pero yo respiré muy aliviada cuando se fue. Ahora con Isela me pasó algo parecido, cuando le tuve que plantear bien el proyecto y cuáles serían mis condiciones y a qué me quiero comprometer con ella, estuve a punto de salir corriendo, se me aceleró el corazón, me dio pánico en grado sumo y me tembló la voz.

Eso me recordó a mi cuñado, quien estuvo detrás de mi hermana un año, y cuando ella por fin le dijo que sí, que sí podrían ser novios, él tuvo que hacer acopio de todo su valor para quedarse en la relación. (Ahora tienen cinco años de feliz matrimonio). _Quería salir corriendo, Carmen_me contaba, y así me sentí yo ayer cuando las cosas con Isela tuvieron que pasar del dicho al hecho.

Ahora descubro que el aprendizaje de las relaciones de dos, tal y como yo las observé desde niña, es que siempre uno de la pareja lleva las de perder, y para que uno Sea, el otro tiene que NO Ser…Ahora ya sé que no es así, pero cómo se lo explico a la pequeña Carmenchu, quien vaya que hace berrinche cuando las cosas dejan de ser platónicas y amenazan con convertirse en formales.

Ahora con mi socia la realidad pinta muy positiva. Se trata de una mujer responsable, equitativa, cuidadosa y dispuesta a aprender, a compartir. (Qué más quiero). Y sí, queridos amigos, ya no puedo afirmar que hay demasiados hombres “sacones”, yo misma me reconozco cobarde e incluso astuta para evadir relaciones de a dos. Supongo que ahora que lo veo me será más viable superarlo, y hasta encontrar a alguien que haga “pareja” conmigo con estos cambios...

En resumidas cuentas, estoy en transformación…y estoy insoportable.

martes, 14 de abril de 2009

La imaginación es más poderosa

¡Mi sobrinito de dos años y mi hermana bajaban por las escaleras del súper! No sé ustedes, pero a mí, encontrarme con alguien de mi familia en la calle (o súper) se me hace un acontecimiento de lo más afortunado, aunque no pasen dos días sin que nos veamos en nuestras casas. Así que en esta ocasión pagué a toda prisa en la caja, y salí corriendo a su encuentro. A José, mi sobrino, no le pareció extraña mi presencia, y antes de decirme Hola tía, me señaló algo que sí lo estaba impactando: ¡Dora la Exploradora en persona y en las mismas escaleras eléctricas que nosotros! Yo miré al personaje y algo dentro mí, como suele pasar siempre, vio lo mismo que mi sobrino: a la caricatura, no a una botarga, pero, oh sorpresa que me llevo cuando veo que Dora patea a su compañero de al lado._ ¡con que portándote mal!_ la reprendo, Dora me contesta con un asentimiento de la cabeza y yo…estuve a punto de caerme porque la escalera eléctrica terminaba en ese momento su pendiente.


Esto es lo que pasa cuando no veo la frontera entre la ficción y la realidad, y me alegra que así sea desde siempre. Además, estos acontecimientos tienen su extra de interés para mí. Luego luego comienzo a pensar en lo padre que sería contar lo que me pasó, tal como estoy haciendo ahora. Y entonces cuento mis famosas anécdotas. Durante los años que fui maestra de la materia de Lectura y Redacción en una preparatoria, solía embobar a mis alumnos con la narración de mis aventuras. Tiene razón Lisa Lipkim cuando afirma que “si existe un hilo universa que nos una a todos, sin excepción, es la necesidad de cuentos, y no sólo como entretenimiento o diversión, sino como una fuerza vital esencial”


Era sorprendente mirar el gozo en los ojos de esos inquietos y tecnologizados muchachos, cuando les contaba la historia del rapto de mi pollito Nico en aquellos días de mi infancia en Veracruz, o constatar lo mucho que les entretenía que les contara el enfrentamiento de mi gata Belílula con la zarigüeya que invadió nuestra cocina. Sí, las historias y los cuentos siguen fascinando en estos tiempos del Internet, y continúan captando la atención a pesar del hecho de la educación visual y la rapidez de los medios. No hay nada más poderoso que la imaginación.

lunes, 13 de abril de 2009

Semejante final

A veces, a las seis de la mañana
cuando no creo en nada que despierto
pudiera ser mejor que este sueño inexplicable
como ya sabíamos tú y yo que eran los sueños
de cada día como si fueran menos
de cada menos como si fueran tardes
por escribirse o venderse como versos
al tres por uno, y más de dos si estoy de antojo
de andar por las calles todo el día
para en la noche contar de las ganancias
y restarle un porcentaje para dulces.

Pero no estás tú cuando despierto
y están las ganas y las ventanas
y las personas que pasan por la calle
todas con su bolsa de versos bajo el brazo
o si no, algunas nada más
la que sí besan, las que sí están contigo
ellas sin versos, más bien con besos
aunque salados, porque es muy temprano,
y yo con hambre atrasada y el desayuno
es un café malo, y la ventana es grande
Y no me quedan antojos para continuar el día.

Y entonces llega la noche, todavía despierta,
Ella que sí tomó café del bueno,
y todavía tiene para rato
Mientras yo de tantas ganas de estar viva
sólo quiero soñar, a ver si ahora le atino
A uno de esos sueños
en que todo nada más pasa porque sí
y no le hace que venga de besos bien cargado
y sin pensar en mañana, y algo más que besos
todos ellos en alud, sin precauciones
y sucede que entonces me despierto,
y a echar cuentas, y bueno, para qué
"sólo era un sueño", y lo único de todo esto
que me choca, es semejante final
para un poema.

domingo, 12 de abril de 2009

SalVAJE

Los seres humanos estamos enfermos

Hace unos meses soñé que todos teníamos algo vendando.

Y sí, las cicatrices son más resistentes que la piel…

pero ojalá no hiciera falta ser resistentes, sólo acariciables.

Ayer pensaba en mí misma de cinco años.

Me dio un acceso de llanto volver a

palpar esa inocencia para morirse,

esa delicadeza que por poco y sí me muero.

y sigo siendo igual, por eso la sorpresa,

ante la candidez y la falta de malicia

y este rechazo total a lo que no es noble

porque no es fácil andar así, a flor de piel de niña,

con la delicadeza en la punta de los dedos

y la trasparencia como único recurso,

Porque me duele, y mucho, mirar cuando no aprendo,

eso de la astucia y las barreras,

y porque me he negado a dejar de ser ella,

porque no creo en la manipulación

ni juego

cuando se trata del corazón, lo que se dice nunca, nunca.

Y anoche me vi también aún más distinta

Porque es claro que no me hace falta adaptación

para vivir en este mundo entre hospitales:

Sí, ya sé que yo también podría considerarme enferma.

sin embargo eso que me queda claro que fui

y ahora soy, sólo reclama una talla precisa,

mi número correcto

como en los zapatos.

viernes, 10 de abril de 2009

Pinto un círculo con gis a mi alrededor

Me gusta ser honesta cuando soy feliz y cuando no lo soy. No voy por el mundo fingiendo un bienestar que no vivo. No me gusta ser indiferente, sí me gusta ser entusiasta. Prefiero en todos los casos, la verdad.


Y ya lo he dicho antes: la verdad no siempre es bonita, mucho menos halagadora. La verdad es esa fuerza incómoda que me hace moverme de un lado al otro de mi silla, inquieta, inestable. Y ahora me sienta, también con fuerza, y me hace verla cara a cara.


Estamaría tiene un reto enfrente, y toma fuerzas. Lo peor ya ha pasado. Estoy en el camino correcto, vislumbro plenitud y felicidad. Sin embargo es posible que los días que vienen no sean sencillos. Alguien va a estar haciendo tremendo berrinche dentro de mí.


Pero por eso pinto un gran círculo blanco a mi alrededor: el arte, escribir, meditar; rodearme de mis queridas compañeras, llorar con ese llanto sagrado que mantiene al depredador a raya. Recibo ayuda, me concentro en mi amado trabajo, bailo con pasión, y continúo.

jueves, 2 de abril de 2009

Este día

Muy temprano en la mañana. Acabo de tomar un jugo de naranja natural,

Ya fui a caminar, la mañana está fresca y ya estoy frente a la computadora.

La música barroca inunda el ambiente. Belílula duerme en un sillón

Todo está limpio y ordenado.

Mis amigas me saludan por el chat. Compartimos buenas noticias.

Reviso mi lista de actividades para hoy.

Teléfono. Agenda. Cartera. Libros. Plumones. Esencias.

Personas.

Definitivamente amo lo que hago.