miércoles, 25 de marzo de 2009

Primavera

El jardinero mágico sabe que el interior de todo invierno, hay una primavera a punto de florecer.

martes, 24 de marzo de 2009

Donde estoy

Este es mi sueño de espacio hecho realidad. Estoy sentada, (con las piernas cruzadas) frente a mi escritorio y la compu. Detrás de la lap, también enfrente mío, un calendario bimensual con marcas de plumones de cuatro colores. A mi izquierda un mueblecillo con tres cajones llenos de artículos para oficina. En la parte de arriba se encuentra mi caja de 48 crayolas, mis pinturas acrílicas, pasteles, plumones y pinceles. Sobre la mesa blanca que uso de escritorio están también una impresora, varios aparatos, recipientes con lápices, plumas y marcadores. En la misma pared de enfrente pero a mi derecha, está el no muy agradable, pero sí muy útil, corcho de los pendientes, con una lista que dice algo tan feo cómo “Cobrarle a los del despacho” Y algo tan bonito cómo “Tomar pláticas prebautismales” Y no es que me encanten las pláticas, sino el que voy a ser madrina.


En el mueble de atrás de mí están cosas encantadoras, propias de una brujita como yo: mis libros de flores, frascos de esencias, tarjetas para descifrar mundos individuales, pócimas, encantamientos. A un lado del mueble tres lindas plantas nuevas a las que he llamado: Siria (alta y roja) Pita (con hojas que parecen ranas en un estanque) y Eduviges, que parece muy sencilla y amable.


Lo blanco de las paredes me parece más insoportable a cada rato. Haré algo al respecto mañana mismo. Y hay tres cosas que le hacen falta a este lugar: color, cuadros en las paredes, el sonido de campanitas en la puerta, y un aromatizante fresco.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El amor o la indefensión


El año pasado murió Ana Laura, de un lupus que no le diagnosticaron a tiempo. Mi amiga Carla sigue padeciendo dolor en el estómago y las articulaciones de las manos debido a la esclerodermia. A mí todavía me duele sentir de pronto que no sé cómo defenderme, que está a punto de pasarme algo muy malo, que alguien quien pienso me quiere, me va lastimar. Eso se llama indefensión. Las enfermedades autoinmunes como la esclerodermia y el lupus se nutren de indefensión. Cuando ésta no es conciente, pero sabemos que necesitamos poner límites o barreras, entonces surgen estas placas de células malignas que dirigen la fuerza de la agresión hacia adentro.


¿Qué es lo contrario a la indefensión? Cuando yo era una niña enferma de esclerodermia una sanadora me regaló a Perlita, mi muñera desde los cinco años. Me dijo que si dormía con ella me cuidaría. Tener algo físico a qué aferrarme durante los terrores nocturnos fue un principio. Otro gran paso fue sentir el cuidado de mis padres y no su violencia. Su colaboración y no su antagonismo. Hace mucho tiempo que, contra todos los pronósticos, sané de la esclerodermia, pero todavía no he terminado de sanar del miedo. Dicen que lo contrario del miedo es el amor, pero no me imagino, aunque quiero no sólo imaginarme, sino verlo hecho realidad, las dimensiones de un amor que sane tantas enfermedades, tanta soledad.


lunes, 9 de marzo de 2009

Me gusta:

  • Que ocurran eventos que me hagan sonrojarme, es como si me sorprendiera en una dimensiòn que no siempre tengo en cuenta.
  • Los mercados, o plazas, tianguis, bazares.Pero los mercados en primer lugar.
  • Los poemas que escribí hace años...me dan ternura de mí misma.
  • Oler algo que me trae recuerdos vívidos.
  • Descubrir que Carmenchu nunca creció y todavìa vive dentro de mí.
  • Poder ver que Carmen María sí creció y disfrutarlo.
  • Seguir el crecimiento de la luna, saber si es creciente o menguante, verla a inicios de la noche a a la luz de la mañana.
  • Tocar a los bebés, siempre he sentido que los bendigo de esa forma, pero ahora sé que yo soy la bendecida.
  • Ver el techo de mi casa del rancho, es de palma, y huele rico, aunque mi madre dice que apesta a lagartijita de esas.
  • Descubrir que conozco algo que habìa olvidado que sabía.
  • Las mañanas, la lluvia, el sonido de los pasos, y Cecilia Marìa, la pequeña Maricarmen, José, los Hernàndez Loo, y...la vida.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Una

Cuando duermo,

mi locura disfrazada de avestruz

se siente libre.

Yo dormida, pertenezco al universo

que me acoge.

Y soy esta yo

y soy distinta

y no hay una diferencia que se note.

Cuando duermo

los caminos son fluidos.

Laberintos

que se resuelven

(ellos lo saben)

al despertar.

Cuando duermo

no hace falta más llorar

Y sin embargo

todo en mí se llueve.

Una lágrima es en mi sueño

todo un mar

Y yo misma soy el mar…

Sólo dormida no hay nada en mí

que me separe.