miércoles, 4 de marzo de 2009

Una

Cuando duermo,

mi locura disfrazada de avestruz

se siente libre.

Yo dormida, pertenezco al universo

que me acoge.

Y soy esta yo

y soy distinta

y no hay una diferencia que se note.

Cuando duermo

los caminos son fluidos.

Laberintos

que se resuelven

(ellos lo saben)

al despertar.

Cuando duermo

no hace falta más llorar

Y sin embargo

todo en mí se llueve.

Una lágrima es en mi sueño

todo un mar

Y yo misma soy el mar…

Sólo dormida no hay nada en mí

que me separe.

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